¿NOS CASAREMOS, EN EL REINO DE DIOS?...

¿NOS CASAREMOS, EN EL REINO DE DIOS?...

SAN MARCOS, 12:19-26. Será objeto de nuestro primer análisis. Los Saduceos le hacen una pregunta al Señor acerca de la resurrección,  le plantean un pasaje de la ley de Moisés y una situación ficticia, dice:  Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo:   Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano.  Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer.  En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer?.. A esta pregunta, Jesús le contesta con otra pregunta. ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. Jesús les pregunta a ellos si no están cometiendo un error e ignorando las escrituras y el poder de Dios al plantearle a él esa situación. Trataremos nosotros de no cometer el mismo error.  Dicen las Escrituras en el libro de Génesis 1:26-28, Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.  Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.  Lo que dijo Dios en el principio, es lo mismo que dirá al final de los tiempos, ya que nuestro Dios es inmutable, si Dios creó a la raza humana en pareja, y les mandó que se multiplicaran, ¿Por qué Dios va a cambiar de opinión?... ¿Por el pecado?.. ¿Por qué Satanás daño en parte la creación?... no lo creo, a Jehová mi Dios nadie lo hace cambiar de opinión, y mucho menos Satanás, el cual fue vencido por Jesucristo en la cruz del calvario, tampoco el pecado hará que Dios cambie de opinión ya que la Biblia establece que la paga del pecado es muerte y Cristo murió en propiciación por nuestros pecados.  Génesis 8:22, dice: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera (semilla en el caso de las plantas, semen en el caso de los animales y los humanos) y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. Isaías 45:18 dice: Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. Ahora bien, Jesús fue preguntado acerca de la resurrección de los muertos, y ¿Quiénes son los muertos para Dios?... aquellos que no tienen a Cristo, en Marcos 12:26, Jesús les aclara a los saduceos: Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis. (Cometieron un error al ignorar las escrituras, pues aunque Abraham, Isaac y Jacob, estaban en la sepultura, para Dios no están muertos, sino dormidos hasta el día en que al escuchar la voz de Cristo, sean despertados)   No podemos los cristianos cometer hoy el mismo error que cometieron los saduceos hace veintiún siglos.  Los muertos son los que partieron a la tumba sin Cristo, para estos no hay más esperanza, solo les espera el juicio, y luego ser echados vivos al lago de fuego junto a Satanás y sus demonios, pero para nosotros los que hemos lavado nuestra vestidura en la sangre del Cordero Santo, nos espera vivir en familias felices, que habitaremos la tierra, sin pecado, sin enfermedades, sin dolencias. Dios mismo limpiará toda lagrima de nuestros ojos, y a prometido que los que permanezcamos en Cristo hasta el fin, comeremos del fruto del árbol de la vida, el cual dará doce cosechas diferentes por año, dando cada mes su propio fruto, para alimentarnos y sus hojas serán para nuestra sanidad.  Finalmente Isaías 65:23, bajo el título CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA,  declara: “No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Si las mujeres darán a luz para bendición, esto contesta la pregunta ¿Nos casaremos en el Reino de Dios?... Si, si nos casaremos para la gloria de Dios, porque tendremos descendencia, nos reproducimos por medio de relaciones sexuales y Dios no aprueba las relaciones sexuales sin casarse.  Dios te bendiga.

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